domingo, 22 de noviembre de 2009

Las primeras gotas

Irene: mañana llueve, acordáte que mañana. Mirá cómo está el cielo, es imposible que no llueva y encima con la humedad que hay. No, Irene, seguro que de mañana no pasa; además, hace falta agua, te das cuentas en los animales y en las flores. Por ejemplo: al Boby no le dura el agua en el tacho; hoy, sin ir más lejos, se lo llené dos veces. Al malvón lo regué un poquito, no mucho, viste, porque ya tenía humedad y no quería inundarlo al pobrecito, está tan lindo, tan primaveral con olor a tango. Y a las rosas del frente también, le mandé regadera a lo pavote, a ellas les hace bien el agua; al último le echaba desde arriba, pobres mijitas con este calor; eso sí: con cuidado, para no deshojar las flores. Están abiertos esos rosales como no te imaginás. Irene: con este calor, de hoy no pasa. También... con el ataque de reuma que tengo como para que no llueva. Vos sabés, es fija, cuando a mí me duele la rodilla es señal de aguacero. Si apenas me puedo parar. Y para completarla, las hormigas negras. Hace un rato, cuando fui al gallinero a ver si había algún huevo... vos sabés, no sé qué tiene ese gallo, pero no cumple, no cumple, Irene, no sé qué es lo que le pasa, son tres ponedoras con alimento y todo y pusieron nada más que cuatro o cinco en la semana... te decía que cuando fui al gallinero vi, al costadito, entre las plantas que regué y el tapial... a ese tapial hay que pintarlo, Irene, recordáme que lo pinte... vi, al costadito, te decía, toda la fila de hormigas. Y de las negras. Les eché veneno a lo loco. Mirá, si no revientan hoy, revientan mañana entre el veneno y la lluvia... Porque va a llover, Irene; acordáte lo que yo te digo, mañana llueve. Vieja, ¿sabés qué?, me voy a preparar el matecito; decime si no está para el mate con unos bizcochitos, eh?... Yo lo preparo, no te preocupes, yo lo preparo. ¡¿Ves?! Ahí está, los primeros relámpagos, allá abajo ya está armada la tormenta. ¡También!... con este calor, como para que no. Era clavado. Cuando a mí me duele la rodilla y salen las hormigas... Y es raro que el Boby todavía no le haya empezado a ladrar al cielo; porque el Boby será calladito, y hasta medio tonto si se quiere, pero que es guardián, es guardián. Tomáte otro mate, vieja, tomá. Che, pero qué barbaridad, todavía no puedo creer lo que me contó Angelita; divorciarse después de treinta años de casados. Cada uno tiene su porqué... Por eso, viejita, yo siempre para usted, porque mujer hay una sola, vieja, y yo la encontré a usted y no me voy a separar hasta que... ¡¿Vés?! Cuando Ramiro dice que va a llover, hay que ir abriendo el paraguas. Ahí tenés, las primeras gotas. Esperá, esperá, al mate lo llevo yo después; vamos adentro que se va a mojar, usted; deje, deje que yo le empujo la silla. Vamos adentro, vieja, vamos que a usted no le hace nada bien mojarse.

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